Este tipo de inversión automatizada está cogiendo cada vez más protagonismo. Pero… ¿de qué se trata?
El trading algorítmico está despuntando entre las noticias de inversión. Se trata de un sistema automatizado que permite operar en mercados financieros.
Esto lo consigue con la ayuda de algoritmos, reglas y procedimientos automáticos.
¿Qué objetivo tiene este tipo de inversión?
Pues como casi todos los objetivos de la tecnología, ser más eficaz y veloz.
Es decir, realizar inversiones de forma más rápida y frecuente de lo que podría realizar una persona humana.
¿Qué hace exactamente el robot?
Cada robot, o sistema, puede estar programado para realizar diversas acciones, con un gran abanico de posibilidades.
Algo muy común es programar instrucciones para que el robot pueda avaluar los precios de las acciones y activos, así como los diferentes indicadores a estudiar, de forma automática.
En función a estos parámetros, el sistema puede comprar y vender las acciones o activos cuando se cumplan determinadas condiciones, previamente programadas.
Trabajos desde casa sin estar en casa. Inversión a distancia.
Así, para lo que algunos era “trabajar desde casa”, ahora puede convertirse en un trabajo que no va a requerir a penas de la presencia personal.
Utilizar la tecnología como ventaja competitiva siempre será de gran ayuda para estar un paso por delante.
¿Imaginas estar en la playa, tomando el sol, mientras un robot trabaja por ti?
No todo lo que reluce es oro
Como siempre, estamos en un terreno que no se ha explorado lo suficiente, así que no podemos depositar el 100% de la confianza en este tipo de cosas.
Además, la tecnología todavía tiene muchas limitaciones, y a veces vale más la pena gestionar este tipo de cosas “de forma humana”.
Sobre todo, si la inversión que queremos hacer puede suponernos una gran pérdida de dinero.
No hay nada nuevo en este tipo de inversión
La realidad es que, aunque con el auge de las tecnologías, este tipo de términos y conceptos sean más conocidos ahora, este tipo de inversión ya existía.
De hecho, en 2010 hubo una operación fallida tan grande que desencadenó una investigación federal, por un error de ejecución.
Es por la confianza que genera la automatización, que, a su vez, genera el descuido.
Por eso, recomendamos siempre hacer este tipo de prácticas desde el completo conocimiento y bajo control.
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